Paseo Astur-Cántabro


¡¡Hola!!

Esta semana aprovechando que Iván tenia que pasar la itv y la hemos ido a pasar a Unquera, aprovechamos para darnos una vuelta cuando volvíamos a Asturias

ya de camino a Cantabria vimos en google maps unos bufones de los que nunca habíamos oído hablar, los bufones de Santiuste o bufones de Buelna y decidimos parar a la vuelta.

Primero pasamos la itv e hicimos la parada reglamentaria que se hace siempre que se va a Unquera...la cafetería Royal III (La casa azul), es una cafetería restaurante enorme, donde se venden dulces típicos de Cantabria como corbatas, palmeras... (se encuentra aquí)

Ir allí es todo un espectáculo, tienen unos dulces gigantescos, unos pinchos con pinta deliciosa, en fin una ingente cantidad de delicias que hacen que se te caiga la baba. 

Pedimos un café, dos tartaletas, una de queso y arándanos y otra de manzana, además de una corbata gigante de chocolate.

Te mueres lo rico que estaba!! 

a mí la corbata en particular no me hizo tilín pero por empalagosa, de sabor espectacular pero demasiado dulce.

Bueno la verdad es que mirar si estaba rico que ni fotos tenemos por llambiones, se nos estaba haciendo la boca agua y cuando nos acordamos de tirar una foto nos habíamos comido la mitad.

Jajajajaja

Pensamos en coger un pincho o algo para llevarnos a la boca a la hora de la comida, después de parar en los bufones, pero quedamos tan tan llenos que descartamos la idea, cogimos corbatas y palmeras pa llevar pa casa y marchamos.

La verdad es que si pasáis de Asturias a Cantabria o viceversa esta debería ser parada obligatoria, todo casero, muy rico, bien de precio, y siempre te puedes llevar unos dulces pa la familia que seguro les encantan!

Tras nuestra parada de glotonería (no se puede llamar de otra forma porque nos pusimos como gochos), encaminamos a los bufones, tiramos por la nacional en vez de salir de nuevo a la autopista, así fuimos viendo los pueblinos y las playas de alrededor. 

El día estaba estupendo e invitaba a bajar a alguna de las playas a tirar alguna fotuca y relajarnos un ratin oyendo el mar.

obviamente como todo aquel que va sin rumbo, nos acabamos perdiendo... y por supuesto no llegamos donde queríamos, pero aún así encontramos sitios maravillosos donde hacer alguna parada.

el primero el mirador de Tina Menor

que se encuentra aquí  concretamente en la CA-380, 39548, Cantabria en la península de Pechón

Donde encontramos una enorme estatua dedicada a los pescadores

además de unas vistas impresionantes.



De nuevo arrancamos con nuestro paseíto 

 


No sabemos que es esto pero lo vimos mientras pasábamos en coche, parecía un parque de atracciones abandonado con ambientación del oeste, o algún tipo de campamento.



Nos íbamos fijando en los carteles y vimos que nos indicaba la playa de Amió, nunca habíamos ido pero si habíamos oído hablar de ella


Antes de llegar a la playa hay un mirador, decidimos parar a contemplar las vistas...



por supuesto como no podía ser de otro modo empezó a ponerse feo y parecía que caía alguna gota...


decidimos descartar la playa y arrancar cagando leches a los bufones antes de que se nos jodiese la visita...

Salimos por la carretera que tienen muy bien montada, del 15 de junio al 15 de septiembre no se  puede volver por la misma carretera por la que accedes a la playa, obviamente por que hay mucha afluencia y la carretera es muy estrecha, si se encuentran dos coches en esa carreterucha, recemos porque uno de los dos lleve alas incorporadas..., así que la solución fue abrir otra carretera que te saca prácticamente al mismo sitio por el que coges la de bajada, además es de pista así que está maravillosamente, a ver si aprendemos un poco por aquí que están las carreteras... si se les puede llamar así, porque lo de la playa del silencio ye un camín de cabres lloques... y nadie lo arregla, Ejem.... 

 Bueno, corramos un tupido velo al respecto...

Nos fuimos del mirador de nuevo rumbo a los bufones que habían sido nuestro objetivo desde el principio.

Los bufones en sí se encuentran en Llanes Aquí  N-634, Km. 2,7, 33598 Llanes, Asturias

¿Qué tal si comenzamos aquí por lo malo?:

La entrada: No hay señalización ni puñetas, pasas por la carretera al lado de ella y ni te enteras, piensas que el maps se ha vuelto chiflao y quiere que te despeñes, una marca enana de color amarillo con forma de flecha, es todo el indicativo de por donde entrar, desde el coche no las ves...

 Dejamos el coche tirado donde pudimos, a unos metros de la "entrada" por llamarla de alguna manera.

De la que nos dirigiamos a ella vimos una señal de área cerca (1km) y ya estando frente a la "entrada" vimos que cerca de la señal justo al otro lado de la carretera había como un camino, no fuimos por el pero suponemos que era un camino desde el área de descanso hasta la "entrada".

Nos adentramos en la sebe, porque básicamente es la sensación que dá, que estás tan pichi y derrepente te dejas engullir por los matorrales, jajajaja, y descubrimos tras ella una vía de tren, debes atravesarla para continuar el camino a los bufones, desconocemos si está en uso o no.

Después debes hacer parkour, al otro lado de la vía te espera una valla con un tablón que hace la función de escalón, y apareces en un prao lleno de cotollas y piedras bien rugositas y afiladas. 


 Ahora nos encaminamos hacia la derecha una vez pasada la valla, no es difícil discernir hacia donde debes ir, ya que se oye el murmullo del escupir del agua desde bastante lejos.

Allí en los alrededores del primer bufón, un prao habitado por les vaques que pacen tranquilamente, no extrañan nada a la gente, supongo que verán bastante multitud a lo largo del verano, así que les da lo mismo que pases o no.

 El primer agujero escupidor que encuentras es enorme! a ver yo no he ido a los bufones de Pría ni a ningún otro la verdad, estos son los primeros a los que voy, así que para mí este "furaco" en el suelo era gigante.

Fuimos yo creo en buen momento, la marea estaba subiendo y la mar estaba un poco picada, aunque no creo que lo suficiente, además el agujero era alto y no escupía tampoco una grandísima cantidad, aunque yo quedé satisfecha.


Aún sin escupir una salvajada, el sonido es espectacular, lo flipamos, yo como una enana, bueno como siempre a mi todo me emociona, desde una cabra hasta un bufón, la manera de entrar el agua entre las rocas, como sonaba al chocar y el siseo al escupir pulverizaciones de agua salada y arena.

Un poco más alante paramos en un borde donde se veía la entrada del agua al agujero, alucinante la manera de tragar agua y la fuerza con la que entra. 




Nos fuimos moviendo más a la derecha buscando más furacos, a ver si conseguíamos ver un bufón en todo su esplendor.

Finalmente llegamos a uno, este ya con más forma de chimenea, que no escupía agua pero si aire, simplemente impresionante, allí estuvimos un rato viéndolo. 


Como anécdota había una parejina francesa a la misma vez que nosotros que se movían tras nosotros, debían pensar que al ser autóctonos sabíamos donde íbamos, que nosotros teníamos la misma idea que ellos, jejeje, pero estaban disfrutando del paisaje y los bufones tanto como nosotros, hubo un momento donde el bufón que soplaba el aire, que él chaval se acercó demasiado a la boca del bufón y la gorra le salió volando y los pelos se le pusieron de punta, nos reímos un montón porque no lo esperábamos.

Tras un buen rato allí observando silbar al bufón y hacer algún vídeo, nos acercamos a una pared que estaba un poco tras él, nos dirigimos hacia ella porque emitía un sonido el chocar de las olas contra ella, que era alucinante.

 
Allí echamos alguna foto, mientras oíamos el relajante sonido que provocaba el choque y después el mar recogiendo de nuevo el agua, de verdad que pocas cosas hay como ese sonido, yo podría estar horas y horas escuchándolo y viéndolo sin cansarme.

Ya sí, ahora nos pusimos rumbo a casa... o eso pensábamos.

a la altura de Colunga y como aún era temprano, le dije a Iván de ir a ver el Muja (Museo jurásico de Asturias), yo ya estuve allí pero el aún no lo conoce y es un museo que debería visitar todo el que pase por Asturias o que viva en ella.

Me acordé entonces de que también estaba por allí la playa de la Griega, que tiene huellas fosilizadas de dinosaurios. 

Nos pusimos a ello...

SORPRESA!!! 
El museo cerrado lunes y martes... cojonudo, bueno, nos fuimos a la playa, que remedio.

La playa es muy bonita en sí (está aquí), además de grande, desemboca en ella el río Liberdón, la arena es fina y dorada, pasas un puente para acceder a ella donde puedes ver peces (yo diría que son Muiles, pero no estoy segura) y está rodeada de eucaliptos y helechos, la verdad es que en su conjunto la playa es idílica, un paraíso.



 Vimos un cartel donde indicaba el inicio de una senda donde encontrar diferentes yacimientos de icnitas, en concreto las icnitas de mayor tamaño descubiertas en el mundo.

Fuimos paseando dejando a la izquierda la playa y maravillándonos de los enormes eucaliptos a la derecha, por supuesto yo que soy imbécil iba haciendo el "dinosaurio" aunque Iván opinaba que más bien era un cuervo moribundo, que sabrá él de dinosaurios!!! 



 Llegamos a las huellas o Icnitas por fin, tienen un cartel descriptivo donde te explican que tienen más de 154 millones de años, que la playa aún no existía, aquello era un cenagal con un mar interior.

Hagamos aquí un pequeño inciso:

Todos sabemos que la gente no es en general santo de mi devoción, soy bastante ermitaña, pero es que de verdad algunos se ganan a pulso el título de tontos del pueblo.

Yo entiendo que cuando vas a visitar un lugar o vas de vacaciones, tenemos tendencia a ir en plan tranquilo, sosegado, relajado y no nos acordamos de que el resto está también allí para disfrutar y ver.

Lo que no se puede hacer es lo que vimos nosotros, un grupo de 10 -12 personas, sentados "haciendo la fotosíntesis" como dijo una de ellas, sobre unas huellas de 154 millones de años, que el resto de la gente quiere también poder ver y disfrutar. 

Si tú plan es hacer la "fotosíntesis", creo que hay sitios mucho mejores y donde estorbes menos que encima de un yacimiento arqueológico.

Bueno, una vez sacada la mala baba...

A las huellas accedimos a través de una escalera, bien empinada con unos escalones bastante altos.

Las huellas son muestra del paso de los sauropodos cuadrúpedos, como los brachiosaurus o los diplodocus (vamos un Piecito del valle encantado pero de verdad), se estima que la altura del que dejó estas huellas en concreto es de unos 5 o 6 metros hasta la cadera... esto dejó una huella profunda marcada en el fango que con el paso de los siglos se convirtió en estrato calizo.


Estas huellas son de un tamaño considerablemente grande, las redondas referentes a las patas traseras, acompañadas de otras en forma de media luna que referencian las patas delanteras.
También se observan huellas tridáctilas, con 3 dedos, que nos indican que por allí también pasaron dinosaurios bípedos de menor tamaño.


En el cartel nos informan de que podemos encontrar además fósiles de conchas marinas elevadas en el fango en el momento de la pisada, pero no sabemos si por el desgaste de la erosión del agua o la mala conservación y que constantemente se pisa ayudando a desgastarse con más rapidez, nosotros no conseguimos ver ninguna concha ni nada que se le pareciese. 
De echo salvo las huellas más grandes el resto de ellas son apenas apreciables, no sabes si son huellas o grietas en la piedra.
Nuestra opinión es que deberíamos hacer todo lo posible por hacer la conservación más fácil, todos sabemos que no podemos hacer nada contra la erosión del mar o los fenómenos climatológicos, pero deberíamos vetar de que se pisen por el maravilloso homínido que no respeta absolutamente nada.
En aquel momento, ya cansados y viendo que aquello se estaba petando de gente, decidimos dar vuelta y volver más entrado el otoño a hacer el resto de la senda, cuando suponemos que habrá menos gente.


 De vuelta al coche nos fijamos en que había una terraza, con bar, heladería y foodtruck.

 Pedimos un café con hielo y crema, un biosolan...

un gofre de kinder bueno y unas patatas mostaza y miel.
Creo que decir caro es quedarse corto, 16€ por esto. Entiendo que es un chiringo de playa, pero el foodtruck es del maizal un sitio bien conocido, y se que los gofres que ponen generalmente son de tamaño industrial comparado por lo que nos pusieron allí por 5€, y la cajita de patatas que llevaba ni 20 patatas fritas con salsa de bote por 6€... ridículo.

 Tras la meriendina pa ricos... por que pagas u huevo y quedas con fame, ya sí nos pusimos rumbo a Cardeo de una reverenda vez, aún teníamos que ir a cargar todo lo que habíamos dejado, la cama, la mesa del camping, etc...

Y hasta aquí llegó nuestro paseo Astur-Cantabro, no tardaremos mucho en hacer otro que yo también tengo que pasar la itv... a ver que descubrimos entonces!


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